¿Puedo practicar yoga estando embarazada?

Practicar yoga con prudencia durante el embarazo es una poderosa forma de prevenir molestias, adaptar el cuerpo y las caderas para los cambios, conectar con el bebé en crecimiento y prepararse para el parto.

A continuación, hacemos una reflexión sobre los beneficios de la práctica de yoga durante todas las etapas del embarazo, así como las posturas más convenientes en cada una de ellas, pero en ningún momento pretende ser una guía para el embarazo. Sin duda, igual que cada cuerpo es distinto, también lo es cada embarazo, y siempre debes consultar con tu ginecólogo de confianza y respetar su opinión e indicaciones sobre tu periodo de gestación.

 

Clases de yoga primer trimestre de embarazo

Durante el primer trimestre de embarazo, el más delicado, hay que tener especial prudencia y una actitud adecuada en la práctica de yoga, prestando mayor atención a las posturas. Si practicas yoga fuera de casa, lo mejor es que avises a tu profesor que estás embarazada para que te haga las adaptaciones necesarias y te indique si debes modificar o evitar algún asana. (postura)

Si tienes poca experiencia practicando yoga, lo más recomendable es empezar con cuidado, evolucionando desde posturas suaves enfocadas en el estiramiento y la respiración. Pero sea cual sea tu práctica, en todas coincide que es un periodo de adaptación y debe tomarse con tranquilidad y conciencia en los movimientos y ejercicios que se realicen.

 

Posturas de yoga para embarazadas primer trimestre

En este primer trimestre, cuando te encuentras más cansada y con náuseas, el yoga nos ayuda a mantener lo más regulares posible nuestros niveles de energía. Además, los ejercicios de respiración o Pranayama más lentos y calmados, como la respiración alterna, Nadhi Sodhana (respiración alterna 3:6-inhalo en tres tiempos, exhalo en seis tiempos- sin retención) o la respiración nasal natural Ujjayi, pueden ayudarte a rebajar las náuseas y estar más tranquila y relajada durante esta nueva etapa de la vida. Poner foco en la respiración rebaja la ansiedad que produce esta etapa y todos lo cambios que se van a producir.

Para trabajar la fuerza, practicar el Saludo al Sol Adaptado y guerreros manteniendo la postura es posible, aunque realizando movimientos lentos y suaves, para evitar caídas y posibles mareos. Las posturas en el suelo son muy convenientes y se pueden utilizar materiales de refuerzo como mantas o un cojín para elevar ligeramente las caderas y apoyar correctamente la espalda en la esterilla.

En algunas diciplinas de yoga, como Bikram, o yoga dinámico, es posible adaptar las clases a las distintas etapas del embarazo. Por ejemplo, en nuestras clases de Bikram Inspired de Power Hot Yoga, tenemos toda la secuencia adaptada para embarazadas para que todas aquellas mujeres que ya estaban practicando con nosotros antes de su gestación, puedan continuar sin problema su práctica y sentir los beneficios del yoga en cuerpo y mente. Siempre es necesario comentar la situación con la profesora para que explique correctamente cada una de las posturas y además tenga especial atención durante la ejecución de la clase garantizando la seguridad de la mamá y el bebé.

 

Yoga en el segundo y tercer trimestre

En el segundo trimestre, en el que el cuerpo está más estable, la práctica de yoga puede estar enfocada a fortalecer el cuerpo incrementando tu flexibilidad y equilibrio. Así, realizar saludos al sol y las posturas de los Guerreros también pueden ayudarte en este objetivo. Y si tu práctica es avanzada, posturas invertidas son beneficiosas para mejorar la circulación sanguínea, disminuyendo el efecto de la hinchazón en piernas y tobillos, tan comunes en esta época.

El yoga en el tercer trimestre es muy importante, aunque el cuerpo (y la mente) se encuentren más cansados y con mayor dificultad de movimiento. Una práctica adaptada al estiramiento de piernas, espalda y caderas para aliviar molestias de ciática son muy beneficiosas, así como posturas de apertura de caderas que dejan espacio para el bebé y ayudan a la preparación para al parto.

En esta fase final de embarazo, en la que aparecen los miedos, nervios e incertidumbre sobre el parto y el futuro con el bebé, realizar prácticas de meditación, ya sean guiadas o no por un maestro, proporcionarán calma y serenidad y control de las emociones, sacando nuestra fuerza interior y terminar la espera con optimismo y confianza.

En definitiva, seguramente después de un tiempo haciendo yoga y construyendo un hábito, notarás los beneficios en tu cuerpo y mente y no querrás dejarlo. Antes y después del parto.